¿Los tienes
bien tapados? Debo aclarártelo: no es una orden de esas que das tú, ni siquiera
es un consejo: tus oídos deben habérsete cerrado ya hace mucho tiempo… ¡pero
nunca es tarde! (y si hace falta no me disculpes la ironía).
¿Estuviste
atento cuando me dirigía a ese gran o pequeño esquizo/psicótico? ¿ni te
inmutaste? Sé que no te viste reflejado, pero, ¿sentiste la más mínima empatía,
o deslizaste tus sentimientos hacia una ambigua incomprensión, mientras a tu
lado estos que sí escuchaban, quizás esperaban una rectificación por tu parte,
que te sinceraras y finalmente aliviaras su carga? ¡Mejor no te enfrentes a un paranoico agresivo. Podría hacerte daño,
incluso a ti que aparentas ser una roca, que a veces sólo sacas tu humanidad si
es a la contra: con las injustas condiciones donde trabajas, con todos los
desastres que se ven en la tele… realmente no eres un neurópata, lo tuyo es más
ocasional y quizás ni se te ocurriría pensar que un guerrillero que mata y da
la vida por ti es tal: ¡rehuyes la cuestión de la violencia, porque no la
dominas para nada… ¡¿cómo vas a teorizar si torturas a veces a los demás y ni
te das cuenta?! Como todo, puedes parcelar el terreno –o dejar que lo parcelen
por ti- para herir en tu familia o herir en tu trabajo, para no saber qué hacer
con tu rabia si dañan a un ser querido, para no saber qué hacer cuando te
dañan… ¡cómo vas a tener una posición coherentemente pacifista!, ¡cómo plantear
en su justa medida la violencia física y verbal allí donde tú no niegas la
propiedad privada de facto –de aquellas cosas que debieran ser
públicas/colectivas-, donde encadenas a tus hijos de un modo u otro, donde el
estado te golpea y tú sangras literal o figuradamente. Ninguno de ustedes puede
tener clara la cuestión, por mucho que haya leído, puesto que ofenden,
maltratan, dañan, en definitiva ¡y no se dan cuenta! Por eso no son perversos,
porque no hay una intención, no hay voluntad de herir, PERO ES ALGO QUE NO
INVITA A AMAR Y A PERDERSE EN ESE AMOR QUE UN PSICÓTICO O UNA PERSONA SANA
DESEARÍA MANTENER CON USTEDES.
Tengan en
cuenta que un psicótico no es masoquista, que no va a estar allí cuando una de
sus neuras fuertes haga acto de presencia y quieran castigarnos adrede, y que
buenamente una persona sana podría mandarles a tomar viento fresco –que dicen
que aclara las ideas-, y que en ese entramado en que se “enfrentan”
inconsciencia de uno con inconsciencia del otro, ambos tenemos mucho que
perder: el cariño que nos debemos, y mucho que ganar: establecer lazos más
sanos, maduros ¡y plenos! No vale escudarse en un supuesto equilibrio o decir
que los padres son neuróticos y así salen los hijos “esquizofrénicos perdidos”,
así como no sería bueno que un padre esquizoide sustituyera a uno neurótico.
¡Ni siquiera vale la pena medir consecuencias!, pues no es buen plan.
Debemos
conocernos, ¡pero conócete tú a ti mismo primero! ¡escucha tus propias
palabras! ¡y respeta el turno! Pues quizás hay un ser cercano a ti,
independientemente de diagnósticos, que te quiere elogiar y criticar, para
mejorar todos… ¡vivir por fin una vida sana sin esa compulsión que no respeta
el entorno: la felicidad o la tristeza de los otros, por lo que rara vez eres impulsivo
o te autocontrolas; sin obsesiones que te impidan ser creativo: que te lanzan
al ensimismamiento y una breve confesión verborrágica, cuando en verdad
necesitas pausar el pensamiento: descansarlo; sin una histeria en que tú
podrías ser protagonista sin necesidad de una generosidad que no merece el otro
¡o el egoísmo en que estallas cuando ves que tanta generosidad no ha dado sus
frutos!
Perdóname
entonces, pequeño neurótico si te digo “pequeño”, pues no he visto tu grandeza
a la hora de la verdad. No la he visto, pero cuando la vea, en toda la
dimensión que requiere, ten por seguro que me alegraré, haré lo posible porque
no vuelvas a caer en el vacío de ti mismo y en como buscabas torpemente en los
demás, sub-sanar lo tuyo…